Golf

Jugar al golf en Portugal permanece en el recuerdo de todos los que lo prueban y que siempre desean volver. ¿Los motivos? Excelentes campos en escenarios deslumbrantes, clima suave todo el año y la hospitalidad y la simpatía de profesionales capacitados.

Los campos son cerca de ochenta, con trazados variados y diferentes grados de dificultad. Pero el mayor desafío es no permitir que la belleza y la luz de los paisajes del entorno rompan la concentración en el juego. Tenemos greens con vistas al océano, flanqueados por acantilados y dunas de arena blanca. Y otros enmarcados por lagos y montañas, en los que los aromas de flores y hierbas se mezclan, imposibles de distinguir.

Muchos de ellos diseñados por arquitectos famosos como Henry Cotton, Rocky Roquemore o Arnold Palmer. Tienen en común la calidad medioambiental y la armonía con la que se integran en la naturaleza.

El Algarve y la costa de Lisboa son destinos muy conocidos de los jugadores más experimentados y ya han recibido varios reconocimientos internacionales. Acogen grandes pruebas de los circuitos profesionales, al igual que Madeira con sus campos de montaña. En las Azores también existe el golf rústico que se practica en un ambiente rural. Pero todo comenzó en Porto y Norte, ya que en Espinho se encuentra el segundo campo más antiguo de la Europa continental.

Y aunque las partidas sean relajadas o muy disputadas, al final todas terminan en la mesa del club de golf, del restaurante… para practicar un “deporte” que a los portugueses se les da muy bien: convivir.

 

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